SINOPSIS: Un obrero de la industria del acero acaba perdiendo la razón, extenuado
por el frenético ritmo de la cadena de montaje de su trabajo. Después de pasar un tiempo en el
hospital recuperándose, al salir es encarcelado por participar en una manifestación, en la que se
encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín por
lo que gana su libertad. Una vez fuera de la cárcel reemprende la lucha por la supervivencia,
lucha que compartirá con una joven huérfana que conoce en la calle. (FILMAFFINITY)
Ver Película: Tiempos modernos
Chaplin creó una genial sátira de la sociedad industrial que modernizó los sistemas productivos a
costa de suponer una alienación del individuo para millones de trabajadores. Una obra maestra
indiscutible que contiene algunos de los gags más memorables del artista, además de ser la
última película en la que aparece el inolvidable personaje de Charlot. (FILMAFFINITY)
Crítica de Tiempos Modernos
TIEMPOS DE SIEMPRE:
Una obra MARAVILLOSA, se mire por donde se mire. La última vez que Chaplin nos deleitó
con su mítico personaje de Charlot en pantalla.
En plena época de crisis de los años 30, en un contexto de crisis capitalista enormemente
deprimente y opresivamente insoportable para el trabajador standard, el de las fábricas que
habían adoptado ya el teórico sistema de distribución Tayloriano
del trabajo en cadena, donde los
trabajadores formaban parte de un proceso de alienación rayante en el paroxismo más
exasperante (ovejas que salen de la boca del metro para posteriormente incorporarse
agolpadamente en sus respectivos puestos de trabajo), llegando incluso a adquirir lo
característicos tics del autómata más mecanizado...,
Chaplin uno de los artistas más socialmente
posicionados en el lado del derecho laboral digno y no vejatorio ni denigrante como se estaba
convirtiendo gradualmente, nos presenta esta ENORME cinta con unos méritos innegables no
sólo desde una perspectiva socialmente comprometida, sino también del lado de las artísticas, basadas en su mayoría en su incuestionable poder y habitual maestría narrativa en el
contexto del antiguo cine mudo (y ello a pesar de que hacía ya casi una década que el cine hablado
estaba en voga), y de una fotografía en blanco y negro poderosamente tenebrista y expresionista
a cargo de sus habituales;
Charlot en la fábrica termina por convertirse en una especie de guiñapo y muñeco autómata,
incapaz de dominar sus alocados tics. Además sirve como cobaya para probar la máquina de
alimentación de obreros ahorrativa de costes para la empresa ya que teóricamente eliminaría los
tiempos muertos...
Paulette Goddard haciendo el papel de "golfilla" huérfana de madre, robando panes y plátanos
para sustentar a sus dos hermanas y su padre en paro, soñando con Charlot en formar una familia,
y ensayando en una desvencijada cabaña de madera putrefacta.
Charlot una y otra vez llevado a comisaría en aquel patrón, debido a una serie de disparatadas,
ingeniosas y divertidísimas escenas azarosas, como aquella de la cocaína que finalmente le
comportará el beneplácito de los funcionarios de prisión en forma de salvoconducto para
conseguir cualquier trabajo allí fuera.
Su trabajo como vigilante nocturno de unos grandes almacenes, y su posterior trabajo como
camarero-cantante que le hará declinar las únicas palabras en toda la cinta, y en forma de canción
mezcla de francés e italiano.
Y finalmente aquella MARAVILLOSA, MÍTICA Y SUGERENTE escena final donde ambos,
juntos de la mano, emprenden un camino hacia no se sabe bien dónde, pero imbuídos de una
enérgica esperanza como así atestiguan sus últimas palabras: "... saldremos adelante...".
"Tiempos modernos" (1935): Dirección, guión, música, dirección de actores: Charles Chaplin.
Protagonistas: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Henry Bergman, Chester Konklin, Hark Man,
Alan Garcia y otros.
Sinopsis: "un hombrecillo (Charlotte) trabaja en una línea de producción en serie en una fábrica.
Su tarea consiste en atornillar dos tuercas a la vez a gran velocidad; esto le produce un tic inicial
y recurrente, hasta llegar a la demencia, pues comienza a ejecutar la acción dentro y fuera del
trabajo con objetos y personas (pernos de un hidrante; narices; botones del vestido de una mujer).
Persigue a una mujer con las llaves en la mano, lo que provoca la reacción de un policía; ingresa
a la fábrica y desata el caos al ser arrastrado por los engranajes de la inmensa maquinaria.
Finalmente es recluido en un hospital siquiátrico, de donde sale para encontrarse con el cierre de
las fábricas. Es la crisis del 29 que sume en la miseria a los trabajadores en los Estados Unidos y
en el resto del mundo".
Con "Tiempos modernos", Chaplin da una nueva orientación a su obra; supera entonces lo
trágico individual, característica de sus filmes desde "The Kid" (El chico), para elevarse a los
grandes temas del mundo contemporáneo. Lo que "... los estetas juzgaron poco conveniente y los
políticos peligroso" (Georges Sadoul, en "Historia del cine mundial", Siglo XXI editores, 4ª
edición. México D.F.).
Chaplin, hombre universal, entendía perfectamente que los tiempos que corrían correspondían a
un mundo inhumano, cuya organización se basaba en la ganancia (acumulación de capital). Pero
el film era criticado por muchos, sobretodo en el sentido de la interpretación antecedente. Así,
André Bazin, en su obra en coautoría con Erick Rohmer, "Charles Chaplin", Fernando Torres
editores, Valencia, 1974, consideraba el filme como "carente de unidad".
Para Georges Sadoul (op. cit.), la serie de "Sketches" (historias interpuestas, pero con hilo
conductor) que aparecen en el filme "...son divertimentos, quizá precauciones oratorias".
Ciertamente, Chaplin "parodia" historias que son producto de su desempleo (el de millares), para
obviar de este modo el tema central y evitar así la intervención de la censura.
l respecto, Sadoul insiste en que las mejores escenas, logradas ex profeso, son las que tratan el
tema central. Charlotte se vuelve loco por lo absurdo e inhumano del trabajo en cadena.
Posteriormente se encuentra con una manifestación de los obreros despedidos. Alza una bandera
arrojada desde un vehículo, y se convierte en líder involuntario de la marcha; reprimido
violentamente es conducido a la cárcel ("gag"). En los episodios de la fábrica, antes de su
explosión demencial, lo eligen para la demostración de una máquina ofrecida al propietario para
la alimentación pragmática de los obreros (economía de tiempo). El artefacto se descompone y
"arremete" al obrero: abofetea "el trágico y transformado rostro de Charlotte" (op. cit.). Esta
"performance" alude, sin duda, a la "gran depresión", como fue llamada la crisis aguda en la que
se precipitaron las economías de los Estados Unidos y el mundo capitalista en general.
Sin embargo, André Bazin se opone a tal caracterización de este filme. En el libro antes
mencionado en coautoría con Erick Rohmer, y prologado por Francoise Truffaut "Charlie
Chaplin", el autor afirma que: "Es posible que inmediatamente después de la crisis mundial, al
alba del Frente Popular, las alusiones político-sociales aparentasen una voluntad de sátira directa
(aunque confusa). Por el contrario, lo que hoy se desprende del filme "es la altura con la que
Chaplin maneja el tema y la constante primacía del estilo".
Bazin estima de continuo que "...el fondo no ha perdido su interés, sino que la fuerza y la
precisión de la parábola se desprenden mucho mejor ahora...". "Criticar el reinado de la máquina
y la división del trabajo, no tiene…demasiado sentido". (op. cit.).
Pero el autor, que hace una apreciación correcta desde el punto de vista de la valoración estética
(es uno de los más connotados especialistas en el cine de Chaplin), obvia el tema y sus
manifestaciones, que son las que provocaron el goce estético y el aplauso de las masas, pues se
vieron retratadas en su condición de víctimas de la explotación inocua del capitalismo. Hay que
resaltar, eso sí, que en el prólogo del libro en mención, Truffat considera que "es el cineasta más
famoso del mundo", y cita la valoración de Sadoul sobre Chaplin como "El genio más fabuloso
jamás producido por el cine, comparado justa y acertadamente con Molière por Louis De Luc y
con Shakespeare por Elie Fauré".
"Tiempos modernos"es la caricatura de la humanidad degradada en el trabajo de la fábrica.
Charlotte no es un trabajador regular o medio de la fábrica. Su retrato es, en fin, el retrato del
fondo de miseria de la condición proletaria. Georges Sadoul (op. cit.) considera que "el
principal recurso cómico de Chaplin es la dignidad. Su personaje -antítesis de Max Linder- es
un vagabundo que se cree un caballero. Esta pretensión burlesca no excluye la noble
reivindicación de la dignidad humana, cuya conquista implica la ridiculización de los dignatarios
indignos: policías, guardias de la cárcel, condes, banqueros, usureros, forzudos (matones),
clérigos y puritanos".
Pero, cómo consigue este genial cineasta los efectos de la aceptación del público (placer de éste
al ver sufrir a la riqueza y al lujo); ¡solamente con la identificación del público, en el nivel
emocional, con las emociones del actor!.
"Chaplin mete a toda prueba sus efectos cómicos; su elección está determinada por la seguridad
que tiene de que serán comprendidos por la universalidad de los seres humanos" (op. cit.).
En efecto, el publico de Chaplin es universal; sus filmes fueron y son apreciados y comprendidos
por las clases populares; por las poblaciones campesinas incluso y por los marginales en
cualquier latitud del planeta; por los públicos considerados cultos, por la intelectualidad más
conspicua. La vigencia de Chaplin se pone a prueba cuando un grupo de niños tiene la
oportunidad de ver alguna de sus cintas. Su magia expresiva, su pantomima, su parecido con los
más de la sociedad, su identidad con éstos, despiertan una respuesta de asombro y alegría en los
espectadores, niños y adultos.
igencia del Filme Hecha la diferenciación histórica y tecnológica entre 1929 y el 2003, ambas épocas se
caracterizan por una recesión profunda y por una crisis mundial del capitalismo en caída
vertiginosa.
Las secuencias iniciales del filme (introductorias) muestran en planos recurrentes a la masa de
gente acudiendo a la fábrica y a una masa de borregos u ovejas en marcha sin fin. La
comparación corresponde al altísimo grado de alienación en que se encontraban entonces y hoy,
las masas.
La eliminación práctica de la jornada de ocho horas (gran conquista de las luchas proletarias), y
su sustitución por jornadas dobles; la represión a la organización sindical y al pensamiento;
entonces y hoy cobra dimensiones de barbarie; la supresión de las libertades democráticas de los
pueblos por la vía de los tratados de las potencias hegemónicas con los países subdesarrollados, y
la implantación de una economía de guerra (1ª y 2ª guerras mundiales ayer); invasiones y
ocupación de estados soberanos hoy (Irak y Palestina para empezar). Todos estos factores reales,
demostrables, tangibles, execrables, confirman y describen los períodos de entonces, y el actual
como una sobreexplotación inmisericorde de la humanidad, so pretexto de salvar el capital en
proceso de aniquilamiento.
La película "Tiempos modernos", obra genial de Charles Chaplin, es una alegoría consecuente
por la actitud humanista e identificación del autor con las grandes mayorías oprimidas, válida
para los tiempos modernos en los 30 y para los tiempos contemporáneos en el actual Siglo XXI.
Y es un instrumento válido para que la humanidad se mire en ese espejo, y entienda que sólo
organizándose y construyendo un partido revolucionario que dé la lucha por el socialismo a
ultranza, podrá salvarse y salvaguardar la vida en el planeta.
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